viernes, 25 de marzo de 2011

249.

Vives una época barroca, casi manierista. En esa eterna tensión mantenida por la forma y el fondo, las épocas barrocas se abisman en las marañas de la expresión y llevan al límite sus virtualidades. Cambian, como es habitual, los medios; pero el recurso es idéntico. De acuerdo que el arte es forma, que los temas son limitados y siempre los mismos, pero las épocas barrocas son conscientes de que los mensajes eternos carecen de valor o se hallan decrecidos en su vigencia y se aprestan con fervor a ganar con su expresión lo que de irrelevante tiene su contenido.

3 comentarios:

  1. Emilio. No sé si radicalizas la dicotomía fondo/forma. Y sin embargo es bueno el planteamiento que das para explicarte algo de esta época confusa (que no se deja analizar).La dicotomía fondo/forma que Wölfflin creyó superar con otras más complejas o completas, quizá no sea muy buena para explicar este momento como época barroca. Justo a nuestra época le caracteriza el desfondamiento que anunció el existencialismo pero que los más agudos del momento no podían ni imaginar. O quizá tenga razón Hegel cuando asegura que el arte se ha evaporado. Quizá nos queda sólo el enigma de Babel. Un abrazo. Catalina y Juan Manuel me han hablado de ti.

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  2. Reconozco carecer de teoría sobre la dicotomía fondo/forma y la que hube de aprender en mis años de Facultad se ha difuminado por mi incomprensión hacia el estructuralismo que reinaba en los departamentos. Lo que pretendo expresar es que, como sabemos, los temas son pocos y que el arte es una labor de reelaboración novedosa de esos temas. Aquí podríamos hablar sobre conceptos como "novedad" u "originalidad", de tan diferente concepción en según qué épocas. Por otro lado, esos temas se elaboran desde el prisma de valores estéticos y éticos. Desde la Antigüedad creo que puede comprobarse cómo, cuando la sociedad que recibe el arte está en crisis y ha dejado de creer en valores éticos y estéticos, los artistas tienden a atraer la atención sobrecargando un aspecto, llamémoslo "formal" de su disciplina. Por ejemplo, frente a aquella vieja película llamada en español "El hidalgo de los mares", protagonizada por Gregory Peck, y "Master and Commander", con Russell Crowe, hay más dinero, más efectos, más montaje, más anacronismo, más emotividad, más sobrecarga de efectos. Era necesario, porque la audiencia actual no aceptaría la sobriedad de aquella antigua película de veleros. En fin, largo nos lo fiamos, apreciado Venancio, y me temo que mi formación me limite la charla. Gracias. Y, por cierto, sospechaba la mirada atenta y cariñosa de Juan Manuel y Catalina en tu aparicición.

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  3. Tienes razón, amigo mío. Posiblemente la diferencia de Barrocos, resida en que, aquel henchía las formas de un potente contenido para unos ojos capaces de discernir belleza y valores éticos latentes. Ahora, (lo dices muy bien) la novedad tiene una duración mínima y la originalidad es más aparente que real (temas y formas repetidas ad nauseam). Aquella sociedad en crisis, desde luego, vivía belleza y ética sin urgencias y sin necesidad de efectos especiales (tal como los entendemos) totalmente prescindibles. En el arte ha intercedido el consumo y la urgencia de decir y producir termina en Babel. Aquella sociedad generaba individuos que podían conversar sobre un texto de Tomás de Aquino en la carnicería. Hoy los efectos especiales colaboran con el vaciado humano, que el poder ejercita como fábrica de votantes. Woody Allen aseguraba con ironía que la mayor parte de las películas de su país estaban hechas para adultos con una edad mental de 12 años. Es fantástico. Además, los efectos especiales guardan con la inteligencia la misma relación que la comida basura con la salud física.
    Nos toca un jodío barroco, con series interminables e idénticas, novelas entretenidas y medios audiovisuales, en general, pensados para un coeficiente intelectual cercano al cero absoluto. Has acertado con tu retiro. Cati y J.Manuel seleccionan bien sus amigos y contigo practicaron la insistencia que es norma pedagógica esencial como sabes: ¡Abre el blog de Emilio! Tuve suerte.

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