lunes, 21 de marzo de 2011

245.

Dos libros que reseñar. Por un lado, una obrita histórica de Valerio Massimo Manfredi sobre la tumba de Alejandro Magno, en su línea habitual. No es nada del otro mundo. Hay un recorrido superficial sobre la peripecia de la última morada del gran rey macedonio en un estilo periodístico. Interesante, pero te deja la sensación de haber esperado algo más. Luego, has leído La voluntad de Azorín. Sabías que estaba influido por Schopenhauer, uno de tus filósofos. Sólo el título ya lo evoca. Se trata de una obra extraña, que se puede calificar de novela porque esa denominación cada vez acoge mayores indeterminaciones en lo tocante a su esencia. Con todo, la trama es mínima. Es, más bien, una sucesión de reflexiones sobre la vida muy influida por Schopenhauer en torno a un protagonista cuyo apellido será adoptado por Martínez Ruiz como pseudónimo. Lo lees con cierto aburrimiento, por más que pretenda ser un reflejo en la ficción del pensamiento del alemán. Y te deja la duda de si Azorín acepta o rechaza las enseñanzas de Schopenhauer, dado que el protagonista, al final, cansado de su continuo cuestionarse la existencia, acaba por vivir totalmente adocenado, ajeno a la voluntad en sentido schopenhaueriano y ofreciendo un aspecto deplorable.

Valerio Massimo Manfredi, La tumba de Alejandro, Barcelona, Grijalbo, 2011.
Azorín, La voluntad, leída en versión digital descargada legalmente de http://www.librodot.com/getbook.php?num=9080&type=pdf

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