martes, 17 de mayo de 2011

291.

La vida es incierta. Nunca puedes saber si ese amanecer que se abre ante tus ojos se convertirá en la niebla de la muerte antes del anochecer. La alegría de una jornada prevista como inolvidable puede tornarse en la memoria de una pérdida por causa de un acontecimiento que nadie hubiera previsto. Realmente, nuestra vida es incierta. Un coche puede atropellarte. Una cornisa puede caer sobre tu cabeza. Un tropezón puede enviarte escaleras abajo hacia el infierno. Un resfriado mal curado a ciertas edades es mortal y una simple infección puede concluir en septicemia y llevarte en compañía de Plutón. La vida es incierta y llena de accidentes. Y nadie de buen corazón y alma generosa puede reprochar a nadie las consecuencias de actos que pertenecen al deber de la vida. Nadie puede evitar que cualquier día se cruce en tu camino la bomba de un terrorista vasco y acabes convertido en pulpa roja sobre el asfalto. Es un simple accidente. Tus deudos deben aceptar, comprender y, sobre todo, tienen que perdonar, ser compasivos con las pobres almas desviadas que, llevadas por el curso incierto de la existencia, estudiaron, montaron y pusieron ese objeto accidentalmente mortal.

4 comentarios:

  1. Dice mamy que, si democraticamente, hubiéramos preparado para estos perséfonos vasongados la redención de unos buenos "trabajos de Hércules" en vez de los bucólicos retiros con los que han sido obsequiados... En fin, fabuloso sistema judicial y peninteciario el que tenemos.

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  2. Ha presentado Vd. la versión suave, don Emilio. La habitual suele ser: ellos se lo han buscado por no instar a su Gobierno a solucionar el "Conflicto"; esto es, lo de siempre: la víctima es culpable y el culpable es la víctima, pobre víctima oprimida...

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  3. Por cierto, me alegro de que me haya entrado algún comentario, porque hace días que lo intento. Espero que no se pierda, como pasó con otros. Le haré más adelante algún comentario, si me lo permite, a entradas suyas muy interesantes de hace unos dias.

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  4. Gracias a los dos por sus comentarios. Con mis palabras pretendo dar un modesto homenaje a las víctimas ironizando sobre la trivialización que la izquierda descuelga sobre ellas y su sacrificio. Una trivialización que no sólo forma parte de una estrategia para desplazar otras alternativas de poder y mantenerse en él, sino que está imbricada en sus venas. ¿Qué diferencia hay entre una guerrilla sudamericana y la ETA? Ninguna. La izquierda simpatiza con aquéllos. ¿Cómo no con éstos? En suma, como piensan los del PNV, los terroristas son buenos chicos, bien intencionados, pero un poco brutos. En cuanto a los comentarios, D. Antonio, sepa que Blogger estuvo inactivo unos días por una avería. Pero parece que todo está ya resuelto.

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