jueves, 28 de abril de 2011

275.

Sin embargo, percibes cómo detrás de una autora como Banana Yosimoto, tan apreciada también hoy en día, hay una falta de peso que no creo se deba a la traducción. Cuando terminas de leer sus novelas percibes que la suavidad del Japón se ha convertido en insustancialidad, que las historias son realmente banales, que carece de esos rasgos indescifrables que separan lo ridículo de los sublime, sumiendo lo segundo en lo primero. Deberías dedicarle tiempo al análisis literario o ser un académico para poder indagar en las razones que provocan esas dos sensaciones tan distintas entre las obras de Yosimoto o de un Kawabata, por ejemplo. Hay algo más en este último y algo menos en aquélla.

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