viernes, 29 de octubre de 2010

126.

Fernando Sánchez Dragó. No has leído ni uno solo de sus libros. No te gusta su egocentrismo y sus artículos con frecuencia no te empujan a identificarte con sus palabras, pero su programa Las noches blancas en TeleMadrid es el único sobre libros que soportas por su libertad, y su amor a Japón te seduce. Por otra parte, en algún momento has dejado dicho que no tratarías de política en este blog. Pero vives en un país cainita y haber nacido aquí te empuja a tomar partido, por más que quisieras englobarte en esa Tercera España que siempre intentó hacer crecer en este erial del pensamiento un poco de la vegetación de la libertad. Lo persiguen a Dragó. Si la algarada tuviera algo que ver con las ideas, merecería la pena intentar esbozar los argumentos. Razones tales como que los patronos de la transgresión se han vuelto ahora timoratos moralistas; razones como que los adalides de la libertad están convirtiendo España en una versión postmoderna de Trento; razones tales como que los defensores del librepensamiento están devolviéndonos a la edad oscura del monolitismo intelectual. ¡Cuidado con lo que piensas sobre las mujeres! ¡Cuidado con lo que comes, con lo que bebes, con quien haces el amor, con tus amistades! ¡Cuidado con el lugar adonde llevas tus hijos a educarse, cuidado con el periódico que lees, la emisora de radio que escuchas, la televisión que ves! ¡Cuidado con los libros que lees y la música que escuchas! ¡Cuidado con el lugar que pisas y los sitios que visitas! Como no tengas cuidado serás irremediablemente un facha digno de una ejecución civil en el cadalso del qué dirán. Se te cerrarán puertas, se te expulsará de lugares, se te mirará mal. Serás escoria social y humana. Ten cuidado no sea que bajen de los montes los nuevos requetés del progreso, armados con las bayonetas de sus medios de comunicación, de sus clientes y secuaces gritando “¡Rediós, que me los como!”. Podrías seguir intentando esbozar razones, pero sobran. Detrás de todo esto no hay más que la lucha por el poder en la única zona de España donde se lleva una política moderadamente liberal y que, para rabia de sus detractores, funciona. Estás con Dragó porque lo persiguen los nuevos inquisidores que, como aquellos, sólo adornan de ideas la vieja lucha por mandar. Como siempre, detrás de la política sólo hay pulsión por el poder. Por eso es bueno el liberalismo, porque se basa única y exclusivamente en no fiarse nunca, nunca del que manda, Sea quien sea.

1 comentario:

  1. Jó! nunca hubiera podido expresarlo mejor que usted, claro que el ladrido, según los japoneses sólo cuenta con unos 200 términos.

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