martes, 5 de octubre de 2010
108.
Las neurociencias unidas a los descubrimientos de Darwin han dotado a las apreciaciones aristotélicas de un apoyo científico ya indiscutible. Buena parte de lo que eres de debe a tu esencia animal, propia de un primate que vive en grupo. Como individuo, la mayor parte de tus actividades están dirigidas a sobrevivir, es decir, a mantener ese principio que has descrito en los primeros momentos de estas reflexiones y que se denomina, sencillamente, vida. Como miembro, a la vez, de una colectividad sin cuya existencia, la tuya estaría en riesgo, se te exige que colabores con tu solidaridad a su pervivencia. Y de toda esta estructura brota la moral. En el fondo, todo es tan simple y tan natural.
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