miércoles, 6 de octubre de 2010

109.

Συνέθιζε δὲ ἐν τῷ νομίζειν μηθὲν πρὸς ἡμᾶς εἶναι τὸν θάνατον˙ ἐπεὶ πᾶν ἀγαθὸν καὶ κακὸν ἐν αἰσθήσει˙ στέρησις δὲ ἐστιν αἰσθήσεως ὁ θάνατος. ὅθεν γνῶσις ὀρθὴ τοῦ μηθὲν εἶναι πρὸς ἡμᾶς τὸν θάνατον ἀπολαυστὸν ποιεῖ τὸ τῆς ζωῆς θνητόν. Αcostúmbrate a pensar que nada es para nosotros la muerte, ya que todo bien y todo mal está en la sensación y la muerte es privación de la sensación. Por ello, el recto conocimiento de que nada es para nosotros la muerte nos permite gozar de la mortalidad de la vida. Ojalá te acostumbraras a pensar que el maestro Epicuro tiene razón. Le oíste el mismo razonamiento a un maestro budista vietnamita, Thich Nhan Hanh, en un documental. Quizá estés decantado de forma enfermiza por lo fúnebre y mientras tanto la vida se te escapa entre las rendijas de tu alma sin descanso. ¿Para qué preocuparte tanto de la muerte si cuando ella esté, tú no estarás y cuando tú estás ella no está? Desgraciadamente, en estas reflexiones, como en todas, la razón pugna infructuosamente por dominar la contienda. Al final, las pasiones vencen y el instinto de supervivencia acaba por aferrarse a las agarraderas de tu alma y se enseñorea de la lid. Y, claro, la muerte es objeto de tu pensamiento y te aterra, por más que el maestro Epicuro se desgañite haciéndote ver lo absurdo de tu postura.

Epicuro, Epístola a Meneceo, 124. La cita corresponde al libro C. García Gual & Eduardo Acosta, La génesis de una moral utilitaria. Epicuro. Ética. Texto bilingüe, Barcelona, Seix Barral, 1974.

1 comentario:

  1. No creo que exista un tema mas interesante que el de la muerte por lo que puede significar y por todo lo que nos oculta.
    He conocido personas, como Esthelita de quien alguna vez te hablé y que se aferró a la vida de una manera desesperada, con su parálisis cerebral, con su cáncer y con todas sus desventajas y desventuras, ella solo quería vivir. Y que decir cuando se trata de alguien mayor, como una vecina que tuve quíen tendrá como 80 años, vive de la caridad pública y no tiene techo seguro ya que fue abandonada por su único hijo, sin contar que hasta para pedir caridad tiene dificultades por su muy avanzada artritis y sus ataques asmáticos que casi no la dejan hablar, mucho menos caminar, y sin embargo, no se quiere morir.
    Es interesante ver que lo único cierto que tenemos que es la muerte como consecuencia de vida y aun así la tratamos de evitar, ingenuamente, a como de lugar y contra todo pronóstico humano.
    Yo no se si le tengo temor a la muerte pero supongo que el día que la sienta cerca posiblemente reaccione como todo el mundo, mientras tanto, si parto de mi visión de este mundo te diré que lo veo como una prisión, comenzando por nuestras personas porque vivimos atrapados en un cuerpo que muchas veces nos provoca solo descontento y penurias aunque eventualmente nos colme de placeres efímeros, pero estamos atrapados en el, como lo estamos a veces en nuestra casa, la ciudad, el país o el mismo planeta. Veo como está conformado nuestro mundo y me parece una prisión chiquita olvidada en la inmensidad del universo y en esos momentos se me viene a la mente lo que dijera alguna vez Aldous Huxley, (no recuerdo la cita exacta) "este planeta parece ser la prisión de otros planetas" y me parece una percepción diferente, y crea o no en ello me entretiene pensar que estamos recluidos en este lugar por alguna razón de peso y que el día que salgamos de aquí sera una gran liberación, un alivio, un respiro y hasta un premio.
    Mientras tanto, me parece que en general no debemos irnos a la fuerza de aquí sino que debemos esperar a que nos corresponda con un acta de libertad o algo así, y entre tanto llegue es mejor no perdernos de nada de lo que sucede en este lugar perdido del universo. Tal vez después de esto no existe nada, o tal vez habrá oportunidad de contar nuestras aventuras de toda esta locura que llamamos vida.

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