jueves, 10 de febrero de 2011

212.

Otra muestra de que el ser humano se mueve gracias a los mitos y no a la historia es que algunas de las personas que más han marcado etapas en el devenir humano carecen de datos históricos abundantes, e incluso definidos. Pasa con el Buda, con Sócrates y con Cristo. Al final, la mitología sobre el personaje se hace dueño de la peripecia y los especialistas se las ven y se las desean para establecer datos fehacientes de su trayectoria real. A esto hay que añadir, en general, su preferencia por el mensaje oral, lo que deja su testimonio en manos de quienes pronto elevaron a los altares la actividad de los maestros. Al final poco importa la ciencia en esto. No son los hechos los que mueven a la humanidad sino nuestra imaginación. Ya lo dice la neurociencia: nuestra mente no busca la verdad, sino un relato coherente que le permita sobrevivir.

2 comentarios:

  1. Oh, si que es cierta la facilidad con que nuestra mente se adapta y sobrevive... El caso de los latinos está además revestido de una cierto dramatismo. Ojalá nuestro particular Narciso no tarde en ahogarse.

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