jueves, 25 de noviembre de 2010

148.

En algún lugar, Georg Steiner, ese erudito contemporáneo, políglota y ecuménico, dice que la literatura para ser buena debe tratar de Dios. Estás de acuerdo. Hay una literatura de evasión, perfectamente digna y aceptable en la que te has sumergido más de una vez. Su gran defecto es que los autores acaban hundidos en millones de dólares o euros, mientras que los escritores más selectos y menos enriquecidos los envidian acerbamente. Nada tienes que objetar a los libros best sellers. Ahora bien, tras la lectura de uno de esos tomos, tu alma sólo se queda con el regusto de una trama bien trazada y desarrollada en la que tienen lugar todos los tópicos literarios. Hay otra literatura que te atrae mucho más. Es la que te enseña nuevos mundos, la que te deja el poso de la reflexión, el regusto de la inquietud, la desazón o el orgullo de lo humano junto con el placer experimentado ante lo bello, ante lo compacto de un libro bien escrito. Esta es la literatura que trata de Dios, porque te pone en contacto con lo trascendente de la realidad a través de una anécdota que el buen escritor sabe desarrollar de la forma más adecuada y con un empleo creativo de los recursos literarios tradicionales. Tras la lectura una buena novela o un buen libro de relatos, la vida se ha convertido para ti en un terreno resbaladizo donde debes examinar el suelo para intentar caminar sin verte derrotado. Cuando cierras el best seller de turno, la vida sigue para ti como cuando lo empezaste a leer. Cuando cierras un buen libro, la vida ya no es igual.

3 comentarios:

  1. Es una pena que no me consideres ni siquiera amiga virtual porque tenemos un tema que nos apasiona y ese tema es "Dios".
    Saludos

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  2. Sobre Dios no se puede hablar. Sí se puede hablar sobre lo que los seres humanos piensan que es Dios. Sin embargo, puestos a tratar el tema, mejor hacerlo desde el punto de vista del viejo Pseudo-Dionisio Areopagita: la teología apofática. De Dios sólo se puede predicar el silencio.

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  3. Sin embargo tu hablas mucho sobre El. He hojeado y ojeado algo sobre la teología apofática y desde mi lejano tercer mundo y escasa instrucción académica te puedo decir que no entiendo mucho. Apelo a que en la sencillez de los conceptos está la mayor comprensión interna que es la que yo procuro. Precisamente yo me refiero a que el tema apasionante para mi es el hablar de lo que como humanos pensamos que es Dios y que finalmente cuando se le busca debemos arriesgarnos a revolver y buscar en todos los recovecos de nuestro confundido espíritu.
    Gracias por contestar.
    Saludos

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