viernes, 19 de noviembre de 2010

143.

Non habemus regem nisi Caesarem. No tenemos rey, sino César. (Oὐκ ἔχομεν βασιλέα εἰ μὴ Καίσαρα, Juan XIX 15). Con estas palabras tomadas del evangelio se le anunció al Consejo Real de Castilla la regencia del cardenal Cisneros en nombre de Carlos I como príncipe (ya que la Reina doña Juana vivía recluida), en virtud del testamento de Fernando el Católico. En Castilla se esperaba el gobierno del Infante don Fernando, hermano de Carlos I. La concentración en Carlos de Habsburgo de las posesiones Imperiales, las de Castilla y Aragón, las de Flandes y Borgoña convirtieron el siglo XVI español en un punto de encuentro de todas las tensiones y de toda la vitalidad de aquella Europa recién salida de la Edad Media. La corona de Carlos I de España y V del Sacro Imperio supuso una carga sobre el próspero reino castellano. Sobre sus espaldas recayeron los sacrificios de un César que enfocó su labor política en dos frentes: combatir al turco y restaurar la unidad católica en el Viejo Continente. Al mismo tiempo, el descubrimiento del Nuevo Mundo dio lugar a un debate sobre el papel de Castilla donde junto a la crudeza de la conquista destacan intelectuales que apelan a las mejores esencias del cristianismo. El libro de Joseph Pérez que acabas de concluir es breve, pero de una claridad e intensidad como sólo los intelectuales franceses (salvo Sartre) pueden conseguir. El mundo del César Carlos está también repleto de humanistas que todavía sueñan con un acuerdo entre el Catolicismo y la Reforma. Estamos en un siglo que recoge lo mejor de los siglos medievales y lo mejor del humanismo. Como protagonista un hombre con mentalidad caballeresca enfrentado a un mundo cambiante que no acaba de entender. Su final en el monasterio de Yuste es un reconocimiento a su fracaso y un gesto de grandeza. Pronto, Europa ardería en guerras de religión y la Monarquía Hispánica, salida de sus glorias iniciales, emprendería un largo camino que la llevaría, como ocurre a todo lo que existe, a la decadencia. Magnífico libro.

Joseph Pérez, Carlos V, Barcelona, Folio/ABC, 2004. La cita corresponde a la página 25.

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