sábado, 25 de junio de 2011

321.

Sobre Manuel Chaves Nogales (y III)
Sin recuperarte del ahogo que te ha agarrotado el alma ante la España monstruosa con la que convivió Chaves Nogales en aquellos años terribles, te abismas en otro de sus libros: La agonía de Francia. No se trata aquí de una colección de relatos, sino de un ensayo sobre las causas que llevaron al derrumbe de Francia ante el primer asalto del ejército alemán en la II Guerra Mundial. A lo largo de las páginas, tus ojos van atravesando un panorama de desánimo, dejadez, desidia, abandono, renuncia, poltronismo y demás sustantivos que revelen una nación que ha dejado de creer en sí misma y que sólo aspira a que la dejen en paz con sus miserias. La aproximación a la decadente realidad de lo que había sido una referencia para la democracia en Europa y en el mundo causa en ti una pena profunda. Nunca admiraste a Francia, más allá de algunos escritores y músicos, pero puedes llegar a entender cómo su cobardía moral impactó en las almas de aquellos españoles que la veían como una valla ante el totalitarismo de uno y otro lado. La escombrera polvorienta que se te antojan España y Francia en aquellos años despierta en ti el temor del futuro. También hoy vociferan quienes consideran que las urnas son un fraude y que la democracia es un tongo. También hoy los políticos están más seducidos por su apego a las prebendas que por el bien general. También hoy el adocenamiento se enseñorea de las masas. No obstante, en medio de este marasmo te queda el buen sabor de alma de haber dado con alguien al que consideras hermano de pensamiento.

Manuel Chaves Nogales, La agonía de Francia, Barcelona, Libros del Asteroide, 2010.

1 comentario:

  1. Me ha despertado Vd. la curiosidad por este escritor. Lo conocía sólo de nombre, y no sabía que su obra fuese tan interesante.

    A propósito de la caída de Francia, ¿conoce el testimonio de primera mano de Ernst Jünger, recogido en Radiaciones? Supongo que sí. En mi caso, desde que leí su impresionante Bajo tormentas de acero, me he hecho un lector empedernido de sus libros.

    Muchas gracias por el descubrimiento de Chaves Nogales, don Emilio. Un saludo.

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