viernes, 18 de junio de 2010

54.

A propósito de Thomas Mann y de su La muerte en Venecia, desde que Lucchino Visconti la llevó al cine, no crees que puedan separarse ambas creaciones. Le película entera es una obra de arte, pero hay una escena que, a tu gusto, sobrepasa ese umbral. El inicio con el vapor surcando la laguna veneciana arropado por la banda sonora del Adagietto de la Quinta Sinfonía de Gustav Mahler es una de las muestras más perfectas de la unión sagrada que a veces se enhebra entre la imagen en movimiento y la música. La otra marca en la historia de esa conjunción la encuentras en la película de Stanley Kubrick 2001: Una Odisea del espacio, otra obra maestra del séptimo arte. En este caso, difícilmente crees que pueda superarse ese Bello Danubio Azul de Johann Strauss hijo acompañando con ritmo de tres por cuatro a una nave que surca el espacio al encuentro de la estación espacial. Además, ambas películas son adaptaciones de novelas; esta última, de una escrita por Arthur C. Clarke.

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