miércoles, 19 de mayo de 2010

40.

Las ideas de Nietzsche en su primera época, cuando era profesor de Filología Griega, vienen a resultarte aquí tremendamente esclarecedoras. Fundamentalmente, sus ideas sobre el nacimiento de la tragedia te ofrecen el espectáculo de un hombre griego angustiado por la vida. Resalta el pensador ese mito en el que un Sileno, interrogado por el rey Midas sobre cuál es lo mejor que le puede ocurrir a un hombre, éste le responde que no haber nacido y, si uno ya está en el mundo, morir lo más pronto posible. Ese pesimismo profundo de la mentalidad griega impresionó a Nietzsche. Un pesimismo que se ve corroborado por las palabras de aquellos que no llegaron a conocer las reflexiones de los filósofos a partir de Sócrates, ni el sentido que la democracia ateniense confería a las vidas de los ciudadanos. En la época de crisis que refleja la lírica arcaica (siglos VII-V a.C.) tenemos el reflejo de sentimiento de orfandad que los griegos sentían ante la vida. No sólo Homero repite con frecuencia esa imagen que identifica la existencia humana con la vida del mundo vegetal, que un día florece y al día siguiente se marchita irremediablemente:

Oἵη περ φύλλων γενεὴ τοίη δὲ καὶ ἀνδρῶν.
φύλλα τὰ μέν τ' ἄνεμος χαμάδις χέει, ἄλλα δέ θ' ὕλη
τηλεθόωσα φύει, ἔαρος δ' ἐπιγίγνεται ὥρη˙
ὣς ἀνδρῶν γενεὴ ἣ μὲν φύει ἣ δ' ἀπολήγει.

Como la estirpe de las hojas, así es también la de los hombres.
unas hojas el viento las tira por tierra; otras, en cambio, cuando florece,

el bosque hace nacer, y sobreviene la estación de la primavera:
del mismo modo es la estirpe de los hombres, una nace y otra concluye.

También líricos como Arquíloco, Mimnermo o Hiponacte nos dejan constancia de lo efímero de la vida y de su dureza. Nietzsche supuso que el consuelo de aquellos griegos residió en el cultivo del arte, especialmente en la tragedia.

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