martes, 10 de agosto de 2010

77.

Carta de Bankei a su discípula Rintei, que ejercía de monja zen dentro del recinto de la casa de su esposo. Parece ser que fue escrita en algún momento antes del año 1691: Tras recibir tu carta, permíteme dirigirte una breve misiva. Espero que todos estéis bien. Por mi parte, yo me encuentro bien, así que, por favor, estad tranquilos. Imagino que estás aplicándote diligentemente a tu práctica religiosa. Sin embargo, tu deseo fuerte y continuo de alcanzar inmediatamente la iluminación provocará tu desilusión. Por tanto, es esencial que abandones esa actitud y que permanezcas sin ninguna clase de discriminación ni comprensión. No odies los pensamientos que están surgiendo ni los detengas cuando hayan surgido. Simplemente, date cuenta de que nuestra mente original, desde su mismo comienzo, está más allá de los pensamientos, de tal modo que, no importa de qué se trate, tú nunca te involucres en los pensamientos. Ilumina la mente original y no será necesaria ninguna otra comprensión. Sin embargo, si te apegas al deseo de la iluminación, entonces todo se vuelve fuente de desilusión. Sólo date cuenta de que, desde el comienzo, la mente original está más allá de los pensamientos y no te apegues en absoluto a los pensamientos que surgen, ya traten de cosas buenas o malas. El budismo o los intereses mundanos, tus propios asuntos o los ajenos… cualquiera que éstos sean, simplemente déjalos surgir o cesar a su aire y, de ese modo, te pondrás de acuerdo naturalmente con la mente original. Los pensamientos surgen temporalmente en respuesta a lo que ves y oyes; no tienen una existencia real por sí mismos. Debes tener fe en que la mente original que es percibida y la que hace realidad la mente original no son diferentes. Si tuvieras ulteriores preguntas, no dudes en preguntarme. Con mis respetos. Bankei.

Original inglés en el libro citado en la entrada número 76 de Peter Haskel & Yoshito Hakeda, Bankei Zen… páginas 135-136.

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