martes, 23 de marzo de 2010

17.

Decía un maestro zen: “Si en el momento de haber terminado de limpiar un suelo, aparece un gato con las patas manchadas de barro y te pisa la faena, no debes enfurecerte con el gato ni contigo mismo. Simplemente, comienza de nuevo tu tarea y vuelve a limpiar el suelo. Si son diez veces, limpia diez veces y si son cien o mil, repítela cien o mil veces. Porque limpiar el suelo no tiene ninguna finalidad.” Te apasiona pensar cómo sería un Sísifo budista.

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