miércoles, 24 de febrero de 2010

9.

La gran paradoja: después de miles de años buscando la substancia, tú crees haberla hallado en la nada. El todo es en esencia la nada. Qué bien lo expresó José Hierro en su poema "Vida" (Cuaderno de Nueva York, Madrid, Hiperión, 1998, página 129):

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito "¡Todo!", y el eco dice "¡Nada!".
Grito "¡Nada!", y el eco dice "¡Todo!".
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

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